Antonio Rodríguez Saiz
LA DEMOLICIÓN DE LA IGLESIA DE SANTA MARÍA Y SU PILA BAUTISMAL
Antonio Rodríguez Saiz
La iglesia desaparecida, de planta rectangular de una nave con capillas laterales de Santa María la Nueva, desde 1.489 llamada de Gracia, estuvo situada en el Barrio del Alcázar, actual Plaza de Mangana y adyacentes, llamada así porque en esta zona estuvo la residencia del cadí, existía una mezquita y los servicios administrativos de la ciudad.
Erigida en iglesia parroquial el 31 de enero del año 1.403 por el obispo de la diócesis Juan Cabeza de Vaca, añadiéndose así a las trece existentes en Cuenca, todas ellas dentro del recinto amurallado. Fue convertida la sinagoga en iglesia solicitada por los judíos conversos del barrio.
El archivero diocesano e historiador, Dimas Pérez Ramírez realizó un trabajo bien documentado donde indicaba éste y otros detalles interesantes, subsanando algunos errores existentes hasta entonces, en su trabajo “La Sinagoga de Cuenca, Iglesia de Santa María La Nueva “.
Más recientemente en excavaciones de los alrededores de Mangana han sido encontrados cimientos de la iglesia, sinagoga y descripciones hebraicas de gran interés.
A finales del siglo XIX (1.895) el obispo Pelayo González Conde redujo a tres las parroquias existentes en la ciudad pasando la de Santa María de Gracia a la jurisdicción de la parroquia de Santiago con sede en la capilla dedicada al apóstol en la catedral basílica.
Cinco siglos después de ser convertida la sinagoga en iglesia parroquial un informe del arquitecto diocesano (27-5-1.904) indicaba que había partes de la iglesia en estado ruinoso y por el peligro que ocasionaba era necesaria su demolición. estaban localizados en la parte superior de la fachada que daba a la calle del Alcázar, próxima al presbiterio, en un tramo de siete a diez metros, igualmente el alero en la otra fachada que daba a la torre y parte de la cubierta.
A consecuencia de este informe se comunicó la situación, que se encontraba el templo, al Ayuntamiento por el provisor y vicario general, Timoteo Hernández Mulas quien en el año 1.896 había llegado a Cuenca al conseguir por oposición la canongía doctoral, ejerciendo otros importantes cargos hasta su nombramiento de obispo de Guadix (Granada) y consagrado posteriormente en la catedral de Cuenca (26-4 -1908).
No acabó entonces el problema y así el teniente de alcalde , José Gómez Madina, responsable directo del distrito 1º donde estaba la iglesia de Santa María de Gracia, en cumplimiento de la Ordenanzas Municipales y disposiciones de la Alcaldía, efectuó una visita y comprobó el mal estado ( que continuaba ) de la iglesia, que puso en conocimiento del alcalde “y como su derrumbamiento espontáneo pudiera dar lugar a perjuicios en las fincas urbanas próximas propongo a Vd. la conveniencia de proceder inmediatamente a su demolición en evitación de perjuicios “.
Al finalizar el año 1.912 el obispo Wenceslao Sangüesa y Guía daba cuenta al cabildo catedralicio que se había visto en la necesidad de proceder a la demolición de la antigua iglesia de Santa María por ruina y riesgo inminente de que ocurriese algún mal, especialmente para aquellas personas que pudiesen estar dentro o que caminasen cerca de ella.
Sí, se tuvo la afortunada decisión de desmontar dos notables y artísticos sepulcros: el de Diego Pérez de Montemayor, cura de San Andrés que se llevó al Palacio Episcopal, residencia oficial del obispo y el de las dos estatuas yacentes de cuerpo entero de Juan Alonso de Montemayor. El Viejo y El Mozo (abuelo y nieto) que se colocaron en la antigua capilla de la Asunción de Nuestra Señora de la catedral, donde pueden contemplarse en la actualidad.
Peor suerte tuvo la pila bautismal de cierta importancia arqueológica y artística que se dejó a escasos metros de la Torre de Mangana y allí estuvo desde 1.912 hasta 1.939 ignorada e indiferente, especialmente por aquellas personas que tenían capacidad para decidir otra ubicación y además conocer que las pilas bautismales forman parte del mobiliario sagrado de las iglesias, utilizadas para la celebración del bautismo.
Al finalizar la guerra civil el alcalde , Niceto Collado Recuenco se dirigía por escrito al cura encargado de la iglesia de San Esteban de esta ciudad (23-6-1.939) porque, al parecer , iba a ser colocada en este templo e informaba que “ Tengo el honor de poner en su conocimiento haber quedado terminado el repaso de la Pila Bautismal que se hallaba en Mangana, la cual se haya en la Anteplaza, para que disponga Vd. sobre cogida y traslado a sitio conveniente, ya que esta Ayuntamiento carece de medios para poder llevarla en condiciones de seguridad “.
Por los motivos que fuesen, lamentablemente, la pila no fue a la iglesia de San Esteban sino al Parque de Santa Ana, también conocido por “El Vivero “, donde estuvo hasta el año 2.006, unas veces utilizada como objeto de adorno y otras como fuente.
Nos cuenta Luis Cañas en su libro “El coleccionista de recuerdos” que cuando se iba a hacer una remodelación en el Parque de Santa Ana envió una fotografía de la pila bautismal al periódico “El Día de Cuenca“ manifestando, a la vez, que era el momento de llevar la pila a un lugar religioso para que se utilizase como pila bautismal“ pues con tal fin había sido creada”.
La sugerencia y justa petición no fue tenida en cuenta como merecía y días después cuando Cañas, toda una vida preocupado e interesado por Cuenca, como es público y notorio, se acercó hasta el Parque vio a un grupo de trabajadores que “habían destrozado la parte superior de la misma por no hacerlo con cuidado“, incluido porción de cenefa y gallones o gajos verticales.
En ese estado estuvo, no recuerdo con exactitud cuánto tiempo, en el Parque de Santa Ana hasta que afortunadamente, evitando su destrucción total el 5 de julio de 2.006, se firmó el acta de donación por el Ayuntamiento al Museo de Cuenca situado en la conocida “Casa del Curato de San Martín “, inaugurado el año 1.974 y que fue vivienda de don Gómez Carrillo de Albornoz, protonotario, canónigo y tesorero de la catedral donde está enterrado (s. XVI)
Firmaron el acta de donación el alcalde José Manuel Martínez Cenzano y el técnico del Museo Juan Manuel Millán Martínez integrándose, a partir de entonces, en los fondos de arqueología e inventariado con el número de expediente AA/06/70.
En la actualidad se puede ver en el portal de entrada del Museo, donde se aprecia claramente el destrozo que se hizo. Está colocada sobre un palet de madera para dar sostén y estabilidad, quizás podría cambiarse por un apoyo más agradable visualmente.
En un texto junto a la Pila Bautismal se puede leer una acertada descripción que me permito reproducir a título informativo.
“Tipológicamente se trata de una pila de tradición románica, aunque cronológicamente es gótica… Realizada en roca caliza, presenta un vaso de gran tamaño sobre pedestal muy deteriorado. El cuerpo central del vaso está decorado con amplios gajos separados por una moldura. La parte superior la recorre horizontalmente una cenefa en forma de zigzag, rematada con un grueso cordón en el mismo borde del vaso. La decoración en zigzag se interrumpe en un tramo de la pila para componer la decoración de dos caras simétricas (una de ellas desaparecida) y entre ambas una roseta o estrella inexistente inscrita en un círculo “.
Fuentes consultadas:
Archivo Municipal de Cuenca, legs. 2039 expte. 57 y 3.289 -2º expte 133.
Pérez Ramírez D. 1980 “La Sinagoga de Cuenca, Iglesia de Santa María La Nueva”. Revista Cuenca núm. 19 y 20.
Cañas López L. 2.011 “El coleccionista de recuerdos “. Ediciones Olcades
Abril 2.025